El Debate Demócrata: Entre el Populismo Radical y el Socialismo Popular de Mercado

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Hillary Clinton y Bernie Sanders son los dos candidatos del partido demócrata que aún quedan en la lucha por conseguir un puesto en las elecciones presidenciales de noviembre de 2016. Si bien Hillary Clinton es la pre-candidata aparentemente dominante, las estadísticas muestran que Bernie Sanders aún no puede descartarse. Aunque pertenecen a la misma alineación política y socioeconómica, ambos partidarios tienen agendas económicas que difieren.


Tanto Clinton como Sanders proponen un ajuste del salario mínimo en el país, que actualmente se encuentra en US$7.25 la hora. Clinton plantea un incremento a US$12 la hora, mientras que Sanders propone elevarlo a US$15 la hora. Ambos incrementos son significativos y muchos consideran difícil de implementar por sus efectos en el empleo.  Un fuerte incremento en el salario trae consigo aumentos en el salario real, lo que podría generar presiones sobre el desempleo, sobre todo de los de menores productividad.  A mediano plazo se podría ver un incremento en los niveles de precios.  Un incremento en el desempleo traería consigo un impacto sobre las remesas de países como la República Dominicana, y el eventual incremento de los precios también incrementaría el costo de nuestras importaciones.  Sin embargo, un efecto positivo podría una migración de contrataciones a países como el nuestro bajo el esquema de Zonas Francas.  Es por esto que esta política de incremento de salarios no es tan sencilla de implementar.


Un aspecto que ha generado mucha expectativa en referencia a ambos candidatos, es cómo piensan abordar los cambios del sector educativo. En el marco de un sistema educativo tanto público como privado bastante costoso en los Estados Unidos, Clinton propone entregar US$17 billones en subsidios para invertir en educación superior, y bajar los intereses de los créditos universitarios a los préstamos actuales y futuros. Adicionalmente, se ha trazado como objetivo eliminar los pagos en los colegios comunitarios. Por otro lado, su contrincante Sanders ha sido más drástico. Este propone eliminar los pagos en todas las universidades públicas estadounidenses. La reducción de los costos de educarse apunta a incrementar la cantidad de personas que reciben educación superior y a liberar también presupuesto de los bolsillos de los graduados.  Con el tiempo ambos enfoques tendrían un efecto positivo en el gasto privado (mayor disponibilidad para otros gastos) y un incremento en la capacidad de crecimiento a mediano plazo para esta economía. Un punto importante sería la forma en que se realice este proceso, pues la receta de Sanders podría incluir reducción en algunos costos universitarios que se pueden traducir en temas de calidad de las universidades públicas o migración de talentos a las privadas.   ¿Tendría esto alguna incidencia en nuestro país? A mediano plazo claramente un mayor crecimiento de este país, repercutiría positivamente en el crecimiento dominicano.  Otro punto es que posiblemente los hijos de dominicanos que viven en los Estados Unidos tendrían una mayor posibilidad de educarse y con ello mejorar su capacidad de generar ingresos a futuro.  Por otro lado, si bien ninguno de los dos candidatos ha declarado nada concreto sobre la inclusión o no de los estudiantes internacionales, y esto podría ser un riesgo o una oportunidad.  Esta política podría convertirse en un riesgo en la medida que la reducción del costo esté enfocado en estudiantes locales, y una forma de financiarlo será mediante incremento del costo a estudiantes internacionales (con lo cual quizás se podrían reducir las becas).  Si esta reducción se traduce en menor costos para estudiantes internacionales entonces claramente sería una oportunidad.


Ahora bien, ¿cómo espera Sanders solventar estos cambios tan drásticos? Propone aumentar los impuestos “especulativos” de Wall Street, incluyendo impuestos en acciones, bonos y transacciones financieras. Igualmente, aumentaría el impuesto marginal a los ingresos como forma de cubrir una expansión del programa de Seguridad Social. Hillary Clinton también desea expandir el programa de Seguridad Social, pero no ha sido clara al explicar cómo lo haría.


Un punto crucial a destacar, que podría tener consecuencias en la República Dominicana, es la divergencia en lo referente a acuerdos de libre comercio. Si bien Clinton declaró que no se encuentra satisfecha con los resultados del Acuerdo Trans-Pacífico, en su gestión como Secretaria de Estado apoyó y firmó a favor de la aplicación de dicho pacto. Por su parte, Sanders se ha manifestado en contra de los mismos, indicando que estos no generan la cantidad de empleo que prometen, haciendo que los puestos de trabajo se trasladen de Estados Unidos a tierras foráneas. Esto lo ha llevado a manifestarse en contra de tratados tales como el NAFTA y el Tratado de Comercio entre Estados Unidos y Corea. La posición respecto al TPP es una oportunidad para República Dominicana, ya que su firma podría significar un riesgo para las Zonas Francas textiles principalmente.


En adición, Sanders plantea implementar un “acuerdo de prevención de evasión de impuestos sobre sociedades”, que busca eliminar cualquier diferimiento de impuestos a dinero generado por empresas americanas multinacionales fuera de los Estados Unidos. En República Dominicana operan un sinnúmero de multinacionales norteamericanas, por lo que medidas de este tipo pueden incidir sobre las decisiones de inversión de las empresas estadounidenses.


Otras medidas ligadas a los programas económicos tanto de Clinton como de Sanders, incluyen sus planes energéticos; ambos desean implementar energía solar como fuente energética de los hogares norteamericanos. Por otro lado, Sanders considera necesario revisar la estructura del mercado financiero norteamericano y su nivel de concentración en unas cuantas empresas, sin exponer con certeza cuáles serían las medidas inmediatas.