Un breve chequeo médico a República Dominicana

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Para un estado de derecho organizado y bien dirigido, la salud de sus ciudadanos debe ser un eje central de política. Más allá de crecimiento económico, la salud sirve como indicador de calidad de vida de la población.


Como punto de partida para un análisis inicial, porque este tema es más complejo de lo que un artículo de opinión puede cubrir, se utilizan indicadores seleccionados que publica el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) como acompañamiento de su Informe de Desarrollo Humano de 2015: Esperanza de vida, médicos por persona, tasa de mortalidad infantil y gasto público como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB).


Como base de comparación se utiliza el ingreso nacional bruto per cápita en dólares de 2011 ajustado por paridad de poder adquisitivo, para así comparar los países en su justa dimensión según su nivel de riqueza.


En materia de esperanza de vida, República Dominicana se muestra en línea, o incluso un poco por encima, con lo que su nivel de ingreso indica; esto es porque en términos generales se evidencia una correlación positiva marcada entre la esperanza de vida y el ingreso per cápita. Esto es una espada de doble filo, ya que en la medida que nuestro nivel de ingreso aumente, y la esperanza de vida consigo, debemos reevaluar la edad de retiro; sin tomar medidas en este tema la sostenibilidad del sistema de pensiones se vería amenazada.


La tasa de mortalidad infantil, de manera similar al caso de la esperanza de vida, se encuentra en línea con nuestro nivel de riqueza, y se espera que continúe disminuyendo en la medida que el país crezca.


Un caso muy interesante es el del gasto público en salud (como % del PIB) y la cantidad de médicos por persona. Al analizar el primer indicador para la mayoría de los países del mundo es claro que no hay una tendencia marcada a asignar mayor parte del PIB a esta área en la medida que el ingreso crece. En el caso de los médicos por persona sí aumenta el número con el ingreso, pero ya República Dominicana posee más de lo que su nivel de ingreso indicaría.


Este análisis es relevante porque tiene conclusiones importantes para la política de salud del país:




  1. La esperanza de vida mantiene estrecha relación con el nivel de ingreso. Hay que prepararse en términos de estructura económica, social y hospitalaria para una población en promedio más adulta.

  2. Ya República Dominicana posee una buena cantidad de médicos por persona. Un informe apoyado por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID por sus siglas en inglés revela que los médicos del sector público trabajan en promedio sólo 2 horas al día, por lo que parecería que lo que queda pendiente es que cumplan el horario completo para mejorar el servicio de salud pública.

  3. El gasto público en salud no aparenta necesitar un aumento significativo tanto como una focalización adecuada. Esto implica verificar la forma en que se asigna el gasto público en países desarrollados con razones de gasto en salud sobre PIB similares o inferiores a las de República Dominicana.


Es importante notar los avances ya logrados en República Dominicana en términos de salud, los retos que quedan pendiente, y el hecho de que muchos de los indicadores relacionados al área deben seguir mejorando en la medida que el país mantenga el sostenido ritmo de crecimiento de la última década.


Fuente: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)