El potencial de las plantas eléctricas de Punta Catalina

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Recientemente se conoció de forma pública la intención el Estado Dominicano de vender acciones de las plantas eléctricas de Punta Catalina. Esto tiene la oportunidad, si se maneja bien, de ser no solamente una ayuda muy necesitada al sector eléctrico dominicano, sino también un motor del mercado de valores local.


El primer punto, sobre el apoyo al sector eléctrico, ha sido uno de los más discutidos. Dado el bajo precio del combustible que usarían estás plantas (más allá de la contaminación que generarían), es obvio esperar una reducción del precio medio de compra de energía de la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE). Ya la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) llegó a un acuerdo preliminar, y las expectativas son de que el precio del petróleo mantenga cierta tendencia al alza, lo que hace más imperante lograr fuentes eficientes de generación de energía para República Dominicana.


Fuera del tema eléctrico, esta operación podría ser la primera emisión de acciones en República Dominicana. Sin embargo, el panorama actual no brinda buenas perspectivas. Se habla de negociaciones con grandes empresas extranjeras y locales; quizás fuese interesante que el Presidente Danilo Medina, junto con el equipo técnico que maneja la operación, consideren a los pequeños inversionistas como fuente de financiamiento para el proyecto.


Es posible que una emisión orientada en parte a este grupo de pequeños inversionistas, y que se realice en varios tramos a través de los mecanismos ya utilizados para bonos de empresas como EGE Haina (permitiendo que cada quien participe en la subasta en el momento que su liquidez se lo permita), pueda ser una mejor decisión. De esta forma se garantizaría, además, transparencia, ya que hasta ahora se maneja escasa información pública sobre el proyecto.


Una emisión abierta y transparente en el mercado de valores podría abrir camino para otras emisiones de acciones de empresas privadas, sentando precedentes sobre la forma correcta en que el proceso debe llevarse. La Superintendencia de Valores debe encargarse de que su participación en este proyecto garantice buenas condiciones de transparencia y equidad para todos.


Las plantas están aquí para quedarse y el tema de retribuir a las comunidades afectadas por la contaminación ciertamente debe ser tratado. Sin embargo, en este momento la mejor opción a tomar es preocuparse porque esta inversión, que se hizo con recursos del pueblo, no se sirva en bandeja de plata al exterior. ¿Por qué no permitir que, al mismo tiempo que todos consumamos la energía de nuestras plantas de carbón, también seamos pequeños inversionistas en ellas?