Los agentes económicos: ¿gurús de la economía?

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Lo que la gente cree que va a suceder en la economía, efectivamente ocurre en una gran mayoría de casos, porque toda una colectividad así lo considera y modela su comportamiento en base a ese pronóstico; en situaciones como la descrita nos referimos a profecías autocumplidas. Parece increíble la susceptibilidad de la dinámica de la economía a los ataques especulativos de los agentes. El poder de este detonador en la mayoría de los acontecimientos de matiz económico es desconocido por las personas, y en virtud de esto, el objetivo de este blog es hacer evidente al lector el papel que juegan las expectativas en la economía.


Como muestra del importante rol de “lo que piensan las personas” en el funcionamiento económico de un país, presentamos el hecho de que el dinero que utilizan todos los países del mundo, está respaldado en confianza, por esto se llama dinero fiduciario; lo que indica que el valor del dinero existe, únicamente porque las personas creen que el dinero tiene valor. Adicionalmente, los activos transados en el mercado financiero (como los bonos, las acciones, los commodities) y el sistema bancario dependen de la confianza para su buen funcionamiento.


Cuando las personas identifican peligro o debilidad en algún aspecto de la economía (ataques especulativos) actúan para protegerse. Dependiendo de lo grave que sea el diagnóstico de la gente sobre la situación, la respuesta racional de los individuos servirá como detonante de los desequilibrios a nivel macro de la economía y podrá incluso agravarlos.


Ante aumentos no fundamentados de masa monetaria (impresión de dinero), se produce el fenómeno de la inflación. Sin embargo, es necesario que las personas perciban este exceso de masa monetaria para que el dinero empiece a perder valor y el nivel de precios aumente. Esto no quiere decir que la percepción sea la causante de la inflación, pero sí que desencadena los efectos del exceso de dinero. La historia de las grandes crisis inflacionarias ha sido la consecuencia, en muchos escenarios, del financiamiento de déficits del gobierno con impresión de dinero; y esto solo pudo haber sucedido por el retardo que existe entre el momento de la emisión monetaria y el alza efectiva de los precios. Un ejemplo ilustrado de crisis inflacionarias fueron los países latinoamericanos en la década de los 80s.


Otro aspecto de la economía que se ve altamente influenciado por las expectativas es el mercado cambiario. La tasa de cambio del peso dominicano con respecto al dólar estadounidense, por ejemplo, dependerá de la escasez relativa del dólar en República Dominicana, pero específicamente, dependerá de la escasez relativa que perciban los agentes. Aunque los hacedores de política monetaria se enfocan cada vez menos en asegurar el tipo de cambio, los desequilibrios cambiarios introducen en la economía una volatilidad tan peligrosa, que ha resultado casi imposible desvincularse completamente del control cambiario como medida de política monetaria.


Resulta interesante ver cómo influyen las expectativas de los individuos en una variable tan importante como el tipo de cambio. Planteémonos un ejemplo hipotético en el caso de cualquier economía para la que el dólar estadounidense sea importante: si de repente se especula que las reservas de dólares se están agotando y que al mes siguiente será mucho más caro que ahora comprar un dólar, las personas que necesitan asegurar su poder adquisitivo comprarán en este mes todos los dólares que puedan, y de esta manera deteriorarán las reservas de dólares. Como muchas personas se están deshaciendo de su moneda nacional, esta va perdiendo su valor intrínseco y su valor relativo a la otra moneda, de esta forma se deprecia el tipo de cambio y puede producirse cierto grado de inflación.


Las expectativas tienen un papel protagónico en el estallido y desarrollo de acontecimientos importantes en la economía. El solo hecho de que las personas crean que no hay suficientes dólares en circulación, que la moneda local pierde su valor, o que el sistema bancario no funciona, hace que detonen las crisis cambiarias, inflacionarias y las corridas bancarias. En nuestro país, la mayoría de los organismos gubernamentales dedican en sus páginas web un portal a la transparencia, con el objetivo de anclar las expectativas de los agentes y evitar que sean los ataques especulativos los que introduzcan una volatilidad no deseada en la economía y sobre todo para cuidar el qué dirán.