Los productos financieros que aportan

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A propósito de la navidad, época de regocijo y aceleración del uso de productos financieros, es propicio señalar las operaciones y productos financieros que sí aportan al bienestar de las familias y tienen el potencial de aumentar su riqueza en el corto y largo plazo.


Un producto financiero que todas las familias poseen (o deberían poseer) es una tarjeta de crédito. Este instrumento facilita las transacciones y evita que los ciudadanos se paseen por las tiendas y calles con efectivo en su haber, lo que es peligroso dado los niveles de criminalidad. Asumiendo que uno de los consumos más importantes en un hogar es alimento y transporte, ¿por qué no utilizar tarjetas que brindan reembolsos en ambos rubros por el uso? Si por ejemplo en EE.UU. todos están pendientes a los beneficios extras de las tarjetas, deberíamos atender a esto en República Dominicana también. No utilizarlas implica un alto costo de oportunidad.


Si cierta institución educativa brinda un descuento (de por ejemplo 8%) por pago anticipado completo en la primera semana del trimestre, y la familia no cuenta con el total del pago, ¿por qué no financiarlo con un préstamo de consumo de corto plazo? Este 8% trimestral se traduce en un 32% anual, que es significativamente superior a la tasa promedio de los préstamos de consumo; por lo que habría una ganancia para la familia. No realizar esta transacción constituye un alto costo de oportunidad.


También hay que evaluar los productos relacionados al depósito y no al préstamo. Evaluar la posibilidad de hacer operaciones simples con un puesto de bolsa podría casi duplicar el retorno de los instrumentos de ahorro utilizados rutinariamente, con el mismo nivel de riesgo implícito y a un plazo similar.


Para las empresas también hay consejos que tomar. Quien ya sabe que va a comprar mercancía en el exterior para suplir sus inventarios en el 2017, y tiene estimados de las órdenes, puede hacer una operación de compra de dólares a futuro, mitigando así este riesgo cambiario y permitiéndole concentrarse en su negocio (en agregado a no perder sueño por el estrés).


Finalmente, hasta el gobierno tiene tela por donde cortar. La cantidad de operaciones provechosas que el Estado tiene a su disposición es innumerable. Por ejemplo, compras importantes de petróleo a futuro no son descabelladas en momentos de precios históricamente bajos. También, es propicio evaluar si hay préstamos internacionales que se pueden pagar anticipadamente con nuevos financiamientos a menor tasa de interés. En agregado, algunos bonos de corto plazo por parte del Ministerio de Hacienda podrían permitir exonerar a las MyPYMES del pago de anticipo (y que paguen su ISR completo en el momento de cierre fiscal), con un bajo costo financiero, pero un alto beneficio a la sociedad; de hecho, esto podría aumentar las recaudaciones en el mediano plazo.


Es obvio, después de ver una pequeña muestra de los productos y operaciones financieras que tienen el potencial de generar mejoras en los hogares, empresas, e incluso el Estado, que el sector financiero tiene un amplio papel que jugar en la economía, y no aprovecharlo tiene un alto costo. En vez de reflexionar sobre la gran compra que queremos hacer con el doble sueldo (y el impulso consumista de nuestros amigos de la banca), tomemos estas pascuas para idear las operaciones financieras (simples y complicadas) que aportarían a nuestro bienestar y el del país.