Ley de Cine: ¿un camino necesario?

wp_286019_Comp-1_00000.jpg

En República Dominicana existen muchos sectores que reciben incentivos fiscales para apoyar al desarrollo. Muchas de las industrias que gozan de estos beneficios tienen un lugar cuestionable en la opinión pública; una de estas es la industria cinematográfica. La polémica Ley de Cine ha sido tema de debate desde su promulgación en el 2010. Los incentivos fiscales que reciben muchas empresas dominicanas por invertir en esta industria cultural han sido criticados por muchos, ya que generalmente se cree que, habiendo tantas fallas fuertes en el sistema dominicano como la educación, la salud, la seguridad, entre otros, es impensable darle tantos beneficios a una industria de entretenimiento como la del cine. Es evidente que el beneficio que trae la ley tiene un impacto positivo en el crecimiento del cine local, pero ¿es realmente necesaria?

La Ley No. 108-10 para el Fomento de la Actividad Cinematográfica en la República Dominicana, popularmente conocida como Ley de Cine, funciona a través de la Dirección General de Cine (DGCINE). La ley, entre muchos otros beneficios, establece básicamente dos elementos:

  • Las personas jurídicas que realicen inversiones en entidades cuyo objeto exclusivo sea la producción de obras cinematográficas de largometrajes dominicanos, previamente aprobadas por la DGCINE, tienen derecho a deducir el 100% del valor real invertido del Impuesto Sobre la Renta (ISR) a su cargo.



  • Estarán exentos del Impuesto de la Transferencia de Bienes Industrializados y Servicios (ITBIS) todos los bienes, servicios y/o arrendamientos directamente relacionados con la pre-producción, producción y post-producción de obras cinematográficas y audiovisuales que sean expresamente calificadas como propios de la industria cinematográfica en el reglamento de aplicación de la Ley 108-10.


La Dirección General de Impuestos Internos (DGII) estimó para 2016 que la industria cinematográfica recibiría RD$14 millones en exenciones de ITBIS y RD$840 millones en exenciones de ISR. Sin embargo, es posible que estas exenciones tengan cierto nivel de sobreestimación; los RD$840 millones en ISR implican indirectamente una expectativa de utilidades por más de RD$3,100 millones solamente en 2016, lo que contrasta con declaraciones de la DGCINE, que ubican los beneficios de los últimos cinco años en RD$2,207 millones.

Aunque el cine dominicano inició en los años 20, debido al Régimen Trujillista ocurrió un paro en la producción cinematográfica y fueron pocas las películas que salieron a las salas. Dejando eso a un lado y tomando en cuenta una época más moderna del cine nacional, el renacimiento ocurrió en 1988, con el estreno de “Un Pasaje de Ida” de Agliberto Meléndez.

Según el Sistema de Información y Registro Cinematográfico (SIRECINE), República Dominicana ha producido un total de 136 películas desde el 1988 a la fecha, sin embargo, desde ese año hasta el 2012 se produjeron solo 56 películas. La primera película dominicana que se estrenó bajo el uso de la Ley de Cine fue “El Rey de Najayo” (2012), dirigida por Fernando Báez y desde entonces hasta el día de hoy se han producido un total de 80 filmes -en tan solo cuatro años-. Para el 2017, 20 películas dominicanas están confirmadas para salir a las salas de cine, que sería el año con más actividad cinematográfica en la historia dominicana. Aunque los avances tecnológicos han tenido un gran impacto en ese sentido, reduciendo significativamente los costos, es notorio que a partir de la entrada en vigencia de la ley ha ocurrido un auge importante de la industria cinematográfica.

No solo hay muchas más películas en las salas, sino que también se ha incrementado la variedad. Son pocos los directores que anteriormente osaban en invertir en una película que no fuera del género comedia, pues estas tienden a ser las más fáciles de producir y de recuperar la inversión, por los escasos recursos que comúnmente requieren. La cultura dominicana se encuentra en un proceso de transición hacia una mayor apreciación de temáticas más profundas, como las que brinda un drama, por eso, es riesgoso invertir en películas de este tipo. Sin embargo, desde la Ley de Cine, muchos realizadores nuevos han podido estrenar sus películas con nuevas temáticas, que podrían ser consideradas como aportes importantes a la sociedad dominicana. Películas como “Dólares de Arena”, “La Gunguna” y “Flor de Azúcar” que han sido seleccionadas para representar al país en los Premios Óscar, han tenido incluso nominaciones y galardones en varios premios internacionales, posicionando culturalmente a República Dominicana en un mejor lugar.

Entonces, el cuestionamiento real es el siguiente: ¿realmente las exenciones fiscales otorgadas son justificadas por el aporte cultural y económico que trae al país? Por otro lado, sería interesante también ver como funcionarían otras exenciones fiscales en industrias similares al cine, por ejemplo, la televisión.