Turismo y terrorismo, ¿inversamente proporcionales?

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Los ataques terroristas sucedidos la mañana del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York resultaron en la destrucción de las Torres Gemelas en el World Trade Center y de miles de vidas. No obstante, el impacto a mediano y largo plazo trascendió los eventos particulares de aquella fecha. Para el año 2000, Estados Unidos era la segunda nación con mayor recepción de turistas a nivel mundial, con 51.2[1] millones al año, apenas superada por Francia. Para 2003, esta cifra se había reducido a 41.2 millones, cediendo el segundo lugar a España, cuyo turismo ha experimentado una constante expansión a través de los años (a pesar de fluctuar en 2009 tras el destello de la crisis económica mundial). Esta reducción equivalió al 20%. No fue hasta 2008 cuando Estados Unidos pudo recuperar su sitial en el mercado turístico.

Desde aquel ataque, no solo las cifras estadísticas del sector sufrieron los impactos. Consecuentemente, las aerolíneas e incluso recintos turísticos tuvieron que incurrir en recortes presupuestarios, que resultaron en despidos. Además, la nación norteamericana tuvo que reforzar sus sistemas de seguridad y entradas por diferentes vías. No menos importante, afectó la psicología del pasajero, aumentando su miedo e incertidumbre a la hora de emprender un viaje, haya sido cual sea el destino o el propósito.

Las consecuencias de, probablemente, uno de los ataques terroristas de mayor incidencia en los últimos años, trazan la pauta para pensar en que el turismo y el terrorismo cursan por caminos opuestos como una conjetura bien fundada.

Desde al menos la década de los 90, Turquía ha percibido un repunte importante del sector de turismo y viajes. Entre 1995 y 2014, un plazo de 20 años, la nación pasó de hospedar de 7.1 millones a 39.8 millones1, más que cuadruplicando el número de visitantes foráneos a la nación. El crecimiento ha sido tan prominente que escaló de ser el 15to al 6to país en la clasificación mundial de este indicador.

No obstante, a 2016, el número de visitantes internacionales de Turquía se desplomó a 25.3 millones, implicando una reducción de cerca de 30%, con respecto a 2015, y 36.4% en los últimos dos años. Incluso, los ingresos por turismo disminuyeron 29.7% a lo largo del año con respecto a 2015, reflejando una importante ralentización del sector.[2]

La nación euroasiática enfrenta en la actualidad una agravada situación política, tanto interna como externa, la cual ha venido acompañada de al menos ocho ataques terroristas en 2016, y un fallido intento de golpe de Estado. Actualmente, las restricciones aplicadas a turistas turcos por parte de naciones como Reino Unido han aumentado. El presidente de este país, Erdogan, indicó que las relaciones entre Turquía y la Unión Europea se encuentran actualmente “bajo revisión”, tras aumentar las tensiones políticas con Alemania y Países Bajos[3].

El turismo en la nación intenta recuperarse. Los empresarios del sector abogan por la necesidad de invertir en publicidad y campañas de mercadeo positivas, además de la realización de nuevos festivales y eventos de atractivo local internacional. Los hoteles están ofreciendo planes de estadía con importantes descuentos. Reuters reporta que, para algunos resorts, estos alcanzan entre el 35% y el 50%. Otra medida a tomar ha sido el subsidio de combustible por un monto de hasta US$6,000 para vuelos entrantes a la nación con más de 200 pasajeros. El Ministro de Turismo turco, Nabi Avci, afirmó que se están evidenciando “señales muy positivas.[4]

A raíz de los recientes ataques en Londres, la incertidumbre en relación a cómo pueda verse afectado el sector turismo en la ciudad ha aumentado. En dicho evento, ciudadanos de al menos doce distintas naciones resultaron víctimas directas. Expertos de distintas firmas económicas afirman que es relevante observar si, al igual que como sucedió en ciudades atacadas como París, el turismo interno se vería afectado.

El turismo es apenas un sector de la vasta gama de sectores de la economía mundial que pudiese verse afectada por problemas de terrorismo e inseguridad. Dispersar los esfuerzos a favor de la mejora de las relaciones internacionales y el trazarse la labor de garantizar que tanto los visitantes nacionales como extranjeros podrán practicar turismo en condiciones seguras deben ser objetivos fundamentales de los Estados, sobre todo en naciones como la República Dominicana, en la que el sector tiene una importante incidencia sobre la economía nacional.




[1] Banco Mundial. Base de datos estadísticos: Turismo internacional, número de llegadas1

[2] Instituto Estadístico Turco (2017). Estadísticas turísticas, IV trimestre: octubre-diciembre y anual, 2016

[3] Thomson E. (2017). Cómo los resorts turcos intentan recuperarse luego de un año de terrorismo, ataques y restricciones de viajes. (www.independent.co.uk)

[4] Sheahan, M. (2017), Turquía espera descuentos y subsidios al combustible reviertan la caída de 30% del turismo.