Corrida Bancaria

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Uno de los riesgos más importantes que enfrenta la banca comercial es el cambio en las expectativas de los clientes. El hecho de que la colectividad de los agentes piense que sus depósitos peligran, aunque no sea cierto, hará que estos acudan de manera masiva a retirar el dinero que tengan disponible. Este contexto es conocido como corrida o pánico bancario, y tiene como consecuencia una situación insostenible por la banca que podría acabar en una crisis bancaria individual o sistémica.

Las corridas pueden ser iniciadas por una ola especulativa o por indicadores de insostenibilidad de la banca. A partir de este punto, la idea de que una entidad financiera no tiene suficiente dinero como para responder a todos sus pasivos puede ser difundida hasta al punto de alcanzar una proporción significativa de clientes; es de prever que las personas racionales quieran evitar riesgos y retiren el dinero de la banca.

Aunque un cliente no esté bien informado sobre la situación de la banca, es probable que reclame sus depósitos como una medida de prevención, únicamente porque los demás lo están haciendo.

Ahora bien, ya se expuso cómo los agentes corren a recuperar sus depósitos ante riesgos especulados o latentes, pero ¿cómo afecta a la banca que sus clientes quieran reclamar sus depósitos? Esto se explica por la función de intermediación financiera de dichas entidades.

Las entidades financieras captan depósitos ofreciendo a cambio una tasa de interés (pasiva), y otorgan préstamos por los que cobran una tasa de interés (activa) mayor a la que pagan por los depósitos. Esta dinámica de administración de recursos permite que las personas que tienen exceso de liquidez o ahorros (depositantes) pongan su dinero a disposición de los que necesitan préstamos. Esto quiere decir, que el monto total de los depósitos no está disponible para ser entregado en un momento determinado.

Entonces se puede afirmar que, como resultado de la naturaleza operacional de los bancos y demás entidades financieras, es inevitable que una corrida bancaria no eleve significativamente su probabilidad de quiebra. Del mismo modo, especulaciones positivas harán aumentar la salud financiera de este tipo de organismos.

La incapacidad de pago de un banco, por ejemplo ─aunque no tenga una gran participación en el mercado─ puede llevar a una crisis bancaria individual. Si bien este caso no es señalado como dañino para todo el sistema bancario, tiene el problema de que puede extenderse a otros organismos. Y es cuando los defaults se dan en una proporción significativa del sistema bancario, es que se dice que hay una crisis sistémica ─perjudicial para toda la economía─.

Regularmente, en situaciones de pánico bancario, se concluye adoptar medidas de inconvertibilidad de depósitos (refiérase al Corralito -llamado así desde la crisis financiera del 2001 en Argentina-) o a intervención gubernamental. Pero ambas soluciones podrían desencadenar problemas peores como devaluación o inflación. Ante la experiencia de crisis bancarias internacionales y nacionales, la transparencia y la confianza de los clientes se han convertido en pilares importantes de la banca múltiple.