El pasado 20 de mayo, la agencia calificadora de riesgo Standard and Poor’s (S&P) mejoró la calificación de República Dominicana de B+ a BB- gracias al buen desempeño económico y fiscal en los últimos 2 años. Estas fueron buenas noticias para el gobierno ya que atraerá inversionistas extranjeros y ayudará a reducir el costo de financiamiento en términos de tasas de interés.
Sin embargo, es cuestión de tiempo para que la Reserva Federal termine su política monetaria expansiva, por lo que es muy probable que para 2016 la tasa FED Funds empiece a converger hacia sus niveles pre-crisis. Esto provocaría que la curva de rendimiento de EEUU se desplace hacia arriba, señalando que las tasas de interés de los bonos del tesoro aumentarán, acarreando aumentos en las tasas dominicanas, y, por ende, encareciendo el financiamiento del gobierno.
Dado que los bonos del tesoro de EEUU son activos financieros libres de riesgo, las tasas de interés de los bonos soberanos dominicanos deben incluir una prima adicional para compensar al inversionista por el riesgo en el que incurren. Esta brecha es calculada en el Emerging Markets Bonds Index (EMBI), por lo que el mismo se utiliza como medida de Riesgo-País. En la actualidad, el EMBI de RD se encuentra por debajo del promedio de Latinoamérica, acorde con la mejora en la calificación de riesgo de S&P.
Es importante recordar que en el año electoral de 2012, el país incurrió en un gran déficit fiscal (6.9% del PIB), por lo que el EMBI aumentó significativamente sobre el promedio de Latinoamérica. De repetir este comportamiento en el 2016, se encarecería el financiamiento aún más de lo que se espera dado el muy posible aumento de las tasas de EEUU.
Ante el incremento de las tasas en EEUU, unido a un posible incremento del riesgo país, el gobierno tendrá que financiarse a mayores tasas de interés. Es decir que ante nuevas emisiones de bonos soberanos, el pago de intereses como porcentaje de los ingresos del gobierno seguirá aumentando. De hecho, actualmente un 16.8% de los ingresos se dedican a pagos de intereses de la deuda, comparado con un 9.4% en 2007.
Continuar con un manejo fiscal prudente es crítico para evitar seguir postergando los gastos en inversión como energía, infraestructura y carreteras, tan necesarios para mejorar nuestra competitividad.