Argentina: La buena nota de Macri en los mercados

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El pasado 10 de diciembre, Mauricio Macri asumió la presidencia de Argentina, con una herencia muy retadora: sin acceso a los mercados internacionales de financiamiento, alta inflación con tipo de cambio controlado, deterioro de las exportaciones, baja inversión extranjera y un pobre crecimiento económico. Ante esta situación, el actual Presidente de Argentina tomó la decisión de dar fin al modelo económico-social denominado como “Kirchnerismo” y emprender un cambio trascendental para su país. Su primera y más polémica decisión fue iniciar su Gobierno con cambios por decretos, haciendo uso de los DNU (Decretos de Necesidad de Urgencia), debido a que el mismo día de inicio de su mandato terminaba la sesión ordinaria del Congreso.


Dentro de las medidas más importantes tomadas por Macri en sus primeros días, estuvo la depreciación del peso argentino, el cual pasó de 9.4 pesos por cada dólar, a 14 pesos, lo que equivale a una depreciación superior al 50% en menos de una semana. Esta depreciación unida a la reducción de los subsidios a la energía (con incrementos de las tarifas de hasta un 100%), impactó inmediatamente la inflación. Todo lo anterior se acompañó de un recorte de la nómina pública. Claramente, la situación provocó reacciones, incluyendo protestas de los funcionarios públicos en el centro de Buenos Aires, así como protestas de otros grupos por el incremento en el costo de la vida.


Las medidas buscan incrementar el crecimiento enfocado en la recuperación de las exportaciones argentinas, las cuales muestran una tendencia a la baja. El gobierno de Macri quiere también enviar señales claras sobre un nuevo estilo de gobierno y de los cambios estructurales por venir, con el fin de atraer inversión local y extranjera y comenzar a generar crecimiento económico.


Pero un logro mayor del Gobierno fue conseguir la aprobación del Congreso para la renegociación de la deuda con los llamados “Fondos Buitres” y la salida a los mercados de capitales. Y así fue, después de 15 años de aislamiento financiero, el pasado martes 19 de abril, Argentina regresó a los mercados internacionales de capitales con la mayor colocación de deuda realizada por cualquier nación en desarrollo, que ascendió a US$16,500 millones, y con una demanda de casi US$70,000 millones. La emisión se hizo en cuatro tramos (3,5,10 y 30 años), de los cuales el bono a 10 años es el más grande con una tasa de rendimiento de 7.5%. Los inversionistas de Estados Unidos tomaron dos tercios de la venta.


Al parecer, a pesar de que las medidas produjeron una reducción de los índices de confianza del consumidor en Argentina, el efecto sobre la comunidad y los inversionistas internacionales ha sido muy positivo. Así lo demuestra la prima por riesgo de Argentina que se ubicó por primera vez en muchos años en niveles inferiores al promedio de América Latina.


RESULTADO DE LA COLOCACIÓN


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Fuente:  Financial Times


El objetivo principal de esta emisión es el pago a los llamados “Holdouts”, en su mayoría “Fondos Buitres”, a los cuales Argentina hizo el pasado mes de febrero una propuesta formal para el pago de las deudas. Se estima que el monto total adeudado a este grupo es de US$12 millones. La gran mayoría de ellos ya ha aceptado la propuesta, y tras la emisión, Argentina pagó directamente a sus cuentas el monto acordado. Para el resto de los acreedores, que suman otros US$3,100 millones, se estructuró un fideicomiso en el Bank of New York (BNY). Para recibir su pago, estos inversionistas deberán presentar su acuerdo al banco.


 Lo que queda de la emisión tras el pago de las deudas asciende a US$4 billones y será utilizado para impulsar las reservas del Banco Central. Esto es crucial debido a que el país ha perdido casi la mitad de sus reservas internacionales en los últimos cuatro años. De hecho, la cobertura de importaciones pasó de nueve a cinco meses de importación durante ese período. Con este nuevo marco, Argentina podrá comenzar a utilizar diferentes mecanismos para su manejo macroeconómico, como lo han hecho México y Chile que, tras la caída de los precios de los commodities, han combinado la depreciación con la reducción de reservas, con el fin de defender el crecimiento económico a corto plazo.


La colocación es un triunfo para el naciente gobierno de Macri y podría ser una señal importante para potenciales inversionistas. El acceso a los mercados tendrá efectos positivos no solamente sobre las finanzas públicas argentinas, sino sobre los costos de financiamiento del sector privado de ese país. El Gobierno se enfrenta ahora el reto de continuar reformas que a corto plazo son dolorosas pero que podrían devolver a Argentina a la senda del crecimiento y la prosperidad.