Clinton vs Trump: las últimas impresiones de un inusual trayecto electoral

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Estados Unidos ha conseguido una vez más que los ojos del mundo se enfoquen casi exclusivamente en su situación política actual. El trayecto hacia el podio presidencial, liderado por la intensa competencia entre Hillary Clinton y Donald Trump se ha caracterizado por propuestas contrastantes, agresivas estrategias de persuasión, y opiniones polarizadas. La importancia de conocer con cierto nivel de detalle qué caracteriza estas elecciones radica en que cualquier movimiento de la nación americana incide significativamente en el resto del mundo, en especial en países que dependen considerablemente de su relación con ella.


La polarización de la sociedad frente a las dos candidaturas ha aumentado la incertidumbre frente a los resultados electorales. Si bien es cierto que la candidata demócrata ha mantenido ventaja frente a Trump durante la mayor parte de la contienda, el margen ha sido muy variable, desde períodos de gran diferencia entre ambas candidaturas hasta períodos con márgenes más reñidos. A apenas a un día de las elecciones nacionales, no existe plena certitud sobre quién será el presidente de los Estados Unidos.


El presidente que termine electo no tomaría posesión hasta enero de 2017 por lo que, en los próximos meses, sus políticas propuestas no tendrían efecto. Ahora, en términos económicos, ¿qué debemos observar en el corto plazo? Cómo reaccionarían los mercados norteamericanos y los del resto del mundo tras las elecciones. Para el caso dominicano, fluctuaciones en el tipo de cambio US$/RD$ como reacción a las elecciones podrían incidir en el valor real de la entrada o salida de divisas a nuestro país o podría alterar la posición del peso dominicano frente al dólar estadounidense. Paralelamente, al Estados Unidos ser el principal socio comercial de la República Dominicana, esas variaciones en el tipo de cambio podrían modificar además los términos de intercambio entre ambas naciones, incidiendo en los niveles de precios locales y extranjeros. También resultará importante observar el comportamiento de los índices bursátiles, rendimientos de los bonos del tesoro y cómo se vería afectada la prima de riesgo.


Ahora, ¿qué podríamos esperar a la hora de que el candidato electo tome posesión? Las candidaturas de Clinton y Trump contrastan notoriamente en diversos aspectos. Si nos enfocamos específicamente en sus planes económicos, estas diferencias son aún más palpables. Comparemos los planes de ambos en cuanto a tributación se refiere. Trump favorece el recortar la carga tributaria máxima de 39.6% a 33.0%, disminuyendo los tramos de impuestos de siete a tres, y reduciendo los tributos pagados por los sectores sociales de mayor ingreso. Clinton, por su parte, mantendría la carga tributaria para la mayor parte de la sociedad, pero la aumentaría para el percentil de la sociedad con ingresos mayores a US$5 millones.


Trump defiende su posición argumentando que una mayor carga tributaria desincentivaría a los grandes productores a permanecer en suelo norteamericano, implicando una salida de dinero y desinversión en el país, lo cual no resultaría conveniente para la nación. Clinton, por su parte, argumenta que los sectores de altos ingresos mantienen una ventaja injusta sobre la clase media y baja, que al final enfrentan una mayor carga tributaria relativa a sus ingresos, frenando su potencial desarrollo.


En cuanto al comercio, las posiciones de Trump resultan más radicales que las de Clinton. El candidato republicano se enfocaría en eliminar los acuerdos de libre comercio con el resto del mundo, argumentando que implican un gasto monetario que no retorna ni genera empleos en la nación. Clinton, por su parte, aumentaría el gasto en capacitación laboral y disminuiría la tributación en compañías que contraten más americanos, renegociando los acuerdos existentes, en vez de eliminarlos radicalmente. Para la República Dominicana, que depende en gran medida de las exportaciones e importaciones hacia y desde los Estados Unidos, es de suma importancia analizar las consecuencias de posibles modificaciones a los términos bajo los que se comercia con los Estados Unidos.


Cabe destacar que, más que nunca, el proceso electoral estadounidense ha sido una verdadera verbena mediática. Los medios de comunicación han centrado todas sus fuerzas en cubrir la batalla presidencial, incluso yendo más allá de las candidaturas políticas. Han hecho hincapié en también cubrir asuntos sociales y personales, que, según la opinión de muchos, han desvirtuado la cobertura. También, muchos han tomado posiciones concretas, respaldando una u otra candidatura. Dicha dominancia de los medios ha eclipsado otras candidaturas que aún se encuentran en la batalla electoral. Entre estas, las más populares son las propuestas de Gary Johnson, por el Partido Libertario, y Jill Stein, por el Partido Verde. Si alguna de estas logra alcanzar al menos el 5% de los votos electorales, el partido sería reconocido oficialmente como nacional y recibiría fondos federales, dejando a un lado el tradicional bipartidismo.