El pasaporte dominicano y su alcance: ¿reflejo de la situación actual?

wp_285925_passport.jpg

Un pasaporte, aparte de fungir como un documento de identificación más, es una autorización legal con validez para salir de o entrar a un país. No obstante, a pesar de ser un documento necesario, no es un documento suficiente en muchas ocasiones. El alcance de un pasaporte llega hasta donde las demás naciones lo decidan. Algunas pueden demandar un documento que no sea expedido por la nación de origen, sino por la nación destino, con el fin de confirmar que realmente esa nación da permiso de ingresar a ella.

No obstante, para pocos es un secreto que un ciudadano estadounidense puede viajar a gran parte del mundo sin necesitar una visa. Estados Unidos es un importante referente socioeconómico. Ahora, ¿y un pasaporte dominicano? ¿Cuál es su alcance? ¿Es acaso un reflejó de algún aspecto socioeconómico de la nación?

La firma Henley & Partners elabora desde 2006 el Índice de Restricciones de Visa, el cual clasifica los países de acuerdo a cuántos países un ciudadano común puede visitar sin necesidad de obtener una visa autorizada por su país destino.

La actualización de 2016 indicó que Alemania se ubica en la primera posición, ya que un ciudadano tiene permisos migratorios libres de visado a 177 países del mundo. Tomando en cuenta un total de 193 naciones reconocidas por las Naciones Unidas, podríamos inferir que Alemania tiene acceso libre de visa al 92% del mundo. Suecia se ubica en la segunda posición, mientras que Finlandia, Francia, Italia, España y Reino Unido comparten una tercera posición.

En cuanto a Latinoamérica, Chile lidera, teniendo acceso a 155 naciones del mundo. Esto lo ubica en la posición 19 a nivel global. Brasil, Argentina, México y Uruguay también se encuentran en la clasificación general, con acceso sin visa a al menos 137 países (71% del mundo). ¿Y República Dominicana? Se ubica en la posición 83, con acceso libre de visado a apenas 54 naciones; es decir, aproximadamente 28% del mundo. A nivel de Latinoamérica, solo consigue superar a Haití. A nivel global, empata con Santo Tomé y Príncipe y es superado por naciones como Mauritania, Níger o Burkina Faso.

También existe el Índice de Poder del Pasaporte, indicador que utiliza tres factores para determinar el alcance de un pasaporte: i.) entrada libre de visado, ii.) entrada con visado “on arrival” (la cual no se obtiene antes de viajar, sino al llegar al país destino, antes de pasar por el puesto de inmigración), y iii.) el índice de desarrollo humano como indicador de la percepción internacional que se tiene sobre un país. En este segundo índice, República Dominicana se ubica en la posición 149/199, penúltimo de Latinoamérica (superando solo a Haití) y por debajo de naciones como Burkina Faso o Sierra Leona.

Ahora, ¿qué significa esto? Si accedemos a los listados completos tanto del primer como del segundo indicador, notamos que, a priori, los países que lideran ambas listas son i.) economías avanzadas, con ii.) elevados índices de desarrollo humano y competitividad, iii.) cierto nivel de apertura económica, y iv.) tasas de migración negativas (entrada neta de migrantes). También es importante tener en cuenta que naciones con regímenes políticos y económicos más cerrados, como es el caso de Corea del Norte, o situaciones sociopolíticas inestables, como el caso de Siria o Sudán del Sur, se encuentran al final de las clasificaciones.

Entonces, dados estos parámetros, definamos el perfil de la economía dominicana: una economía pequeña y abierta en vías de desarrollo; en las posiciones 101/188 en cuanto al Índice de Desarrollo Humano y 98/140 en cuanto al Índice de Competitividad, y con una salida neta de migrantes de aproximadamente dos personas por cada mil habitantes al año. Esto, superficialmente, ¿qué indica? Que, a pesar de crecer al ritmo más alto de la región, la economía dominicana necesita fortalecerse de manera más profunda, en aras no solo a mejorar la situación interna, sino las perspectivas del resto del mundo sobre la misma. El panorama social de la República Dominicana también atraviesa un momento importante, reflejando que es imperativo que las autoridades trabajen para garantizar una mayor estabilidad y calidad de vida al ciudadano promedio.

Donald Trump, el presidente de los Estados Unidos -principal destino tanto turístico como para los inmigrantes nacionales- trabaja en la aplicación de un sistema comercial proteccionista y una política inmigratoria más severa, que contemple más escrutinio para el viajante, un fortalecimiento del sistema fronterizo, y un nuevo sistema de deportaciones. Su plan se ejecuta en el marco de un éxodo masivo de refugiados sirios a distintas partes del mundo y un continuo proceso de globalización. La aplicación de una restricción de entrada temporal a viajeros musulmanes de siete países en específico, aunque revocada, refleja el tenor de su política.

En materia local, la V Cumbre del CELAC realizada en República Dominicana a finales de enero del año en curso sirvió de marco para efectuar acuerdos en materia migratoria. En consecuencia, se anunció la suspensión de los visados para un ciudadano dominicano que se desplace a Guatemala, El Salvador, Honduras y Paraguay, aumentando el alcance del pasaporte dominicano al resto del mundo.

No obstante, continuar reforzando las relaciones internacionales y la posición del país frente al mundo deben ser un punto indispensable. No se trata de mejorar para escalar en la clasificación. Las listas son apenas indicadores mínimos de los aspectos que se deben mejorar, pero deben servir de alerta para las entidades pertinentes.