Subagentes Bancarios: reflectores de un problema estructural

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Los subagentes bancarios son una herramienta muy efectiva de acercar el sistema financiero a las personas y reducir el costo operativo de los bancos, y actualmente permiten estimar la magnitud de un problema estructural de la República Dominicana: la informalidad y el uso excesivo de efectivo.

Los subagentes bancarios funcionan de la siguiente forma: en vez de abrir una sucursal en cierta localidad, el banco se acerca a un supermercado pequeño, colmado o farmacia (canales principales actualmente) y lo capacita con las facilidades para servir como intermediario entre las personas y el banco. Ahora este puede realizar operaciones como depósitos, transferencias, pagos de préstamos, recepción de remesas, solicitudes de productos, entre otras.

Durante el primer trimestre de 2017 los subagentes bancarios transaron RD$2,062 millones, según las estadísticas de la Superintendencia de Bancos (SIB), un crecimiento importante frente al primer trimestre del que se tiene datos (julio-septiembre 2015), en que se transó sólo RD$431 millones. Estas fueron transacciones que no tuvieron que ocurrir en una sucursal bancaria normal, ahorrando así tiempo para el cliente y para la entidad financiera.

Hay que notar que, el 75% del monto total transado de estas operaciones durante el primer trimestre de este año, corresponde a retiros y depósitos de efectivo y/o cheque. Esto cuestiona el nivel de bancarización real de la población, que opta por el efectivo antes que los otros productos del sistema, como las transferencias electrónicas y el uso de tarjetas de crédito o débito.

No parecería que la decisión de optar por efectivo en República Dominicana responda a un tema de disponibilidad de productos electrónicos/tecnológicos, ya que el Banco Central reporta que a la fecha existen tres millones de usuarios de internet banking, más de cuatro millones de tarjetas de débito, ambos números cercanos a la estimación de la misma institución sobre el total de empleados del país: 4.3 millones.

¿Por qué los hogares dominicanos optan por el uso de efectivo entonces? Podría ser por desconocimiento del uso de los productos, falta de confianza en las entidades financieras, el hecho de que una parte importante del consumo de los hogares se hace en establecimientos informales, una cultura de ahorrar “debajo del colchón”, entre otros. Y como muchas problemáticas en la economía dominicana, la solución es educación.

El Banco Central de la República hizo un diagnóstico sobre la falta de educación económica y financiera en el país a través de encuestas, y formuló un Plan Estratégico de Educación Económica y Financiera (ENEEF), en conjunto con varias instancias del Estado Dominicano. En los próximos años debemos ver los frutos de esta iniciativa, maximizando el potencial del sistema financiero y empoderando a todos los ciudadanos y ciudadanas a desenvolverse de manera más segura y eficiente en sus transacciones.