2018: ¿mejor o peor que el año anterior?

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Precios más altos, tasas de interés con presiones al alza y sólido crecimiento económico, son los tres principales pronósticos sobre la economía global en 2018. A nivel nacional se registran para este año los más altos pagos de deuda pública interna en la historia dominicana, una inflación cercana al 4% y una depreciación del peso dominicano moderada.

Se espera que Estados Unidos ─país de donde recibimos el mayor porcentaje de remesas, turistas, inversión extranjera y al que exportamos más─ tenga un mejor resultado que el previsto anteriormente. De hecho, las estimaciones de crecimiento de la economía más grande del mundo fueron revisadas al alza y aumentadas de 2.3% a 2.7% en 2018. ¿Qué significa esto? Considerando los resultados de varios análisis que concluyen que cuando la economía estadounidense crece en 1%, República Dominicana lo hace en más de este porcentaje, se prevé un escenario favorecedor para el país.

La aprobación de la reforma tributaria provocará una alta migración de capitales de inversión hacia los mercados estadounidenses. Por ende, se vaticina un repunte de la demanda agregada estadounidense que influiría positivamente en la economía dominicana. En este sentido, el mercado de valores dominicano se enfrentaría a tasas de rendimiento de bonos más altas por un efecto de paridad de tasas de interés.

La trayectoria reciente del petróleo supuso un incremento de 20% en sus precios, y como esta variable es una fuente de volatilidad primordial para el país, es imperante dar seguimiento a los pronósticos en estos precios. Las proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) apuestan a un nivel de cotización del barril de crudo de US$58 para cierre de año, de ser así, no se prevén importantes perturbaciones para República Dominicana.

El riesgo de fugas de capitales como consecuencia del recorte tributario estadounidense se vería compensado parcialmente por facilidades tributarias dominicanas generales y sectoriales (como las zonas francas o el sector hotelero). Además, el costo de la mano obra dominicana, así como características climáticas del país, ayudarían a anular el atractivo que pueden presentar ahora los negocios en Estados Unidos.

Para Latinoamérica en su conjunto se espera una recuperación en su tasa de expansión. Sustentando lo anterior, se estiman un fortalecimiento de los precios de los productos básicos y una recuperación de Brasil y México. Si bien el país se vería beneficiado por un efecto dominó del desempeño de la región, la posición de República Dominicana en términos de competitividad debe ser reforzada.

Hasta septiembre 2017 más de 120 economías habían experimentado un repunte en términos de crecimiento; este fenómeno se tradujo en la aceleración global más sincronizada desde 2010. En agregado, las bajas tasas de interés introdujeron un grado importante de dinamicidad a las economías que aún se mantiene.

Este panorama positivo debe ser aprovechado, no solo para ostentar cifras de alto crecimiento, sino también para dar solución a cuellos de botella que afectan a las economías. En este sentido, el FMI enfatiza la importancia de remediar los problemas estructurales de las economías para que así incremente la productividad de los países y con ello, sus riquezas. En el caso de R.D. como uno de estos aspectos a mejorar podría señalarse la calidad y el costo del transporte y las deficiencias del sector eléctrico.