Las distintas formas de medir la pobreza

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Se puede definir pobreza como la falta de los bienes y servicios necesarios que satisfacen las necesidades básicas de los seres humanos; sin embargo, este concepto es mucho más complicado. La pobreza es un estado multidimensional que engloba muchos aspectos de la sociedad, aspectos como la educación, la alimentación, las condiciones de vivienda y los estándares de vida. Su existencia pone en peligro la vida y los derechos de las personas, provocando una mayor exclusión y segregación social.

Hoy en día se utilizan varios métodos para medir la pobreza, cada uno con sus respectivos defectos y fortalezas, por lo que es de suma importancia seleccionar el que mejor se aplique al contexto en cuestión. A continuación, se presentan dos de las formas más comunes de medir la pobreza, con sus principales ventajas y desventajas.

La Pobreza Monetaria: Esta forma se refiere a la insuficiencia de recursos monetarios, impidiendo que los individuos sean capaces de adquirir una canasta de alimentos mínima que satisfaga sus necesidades nutricionales. Para medir la pobreza monetaria se toma un indicador (en este caso los ingresos) y se traza un parámetro (por ejemplo, un ingreso de dos dólares al día), todo aquel que se encuentre por debajo de este parámetro, sería considerado pobre.

Este método es fácil de medir y de entender, permitiendo comparaciones entre distintos países y dando paso a posibles evaluaciones de políticas enfocadas en la capacidad adquisitiva de los hogares. La desventaja principal de la pobreza monetaria es que se enfoca exclusivamente en los ingresos de las personas, por lo que no engloba de manera completa lo que realmente es la pobreza, ignorando mucha información relevante, por lo que en muchas ocasiones no es aplicable y carece de relevancia respecto al contexto en el que se está tratando.

La Pobreza Multidimensional: Se define como las distintas carencias que afectan a la vida de los individuos en ámbitos como la salud, educación, vivienda y sanidad. De acuerdo con estas categorías se crea un índice que clasifica a las personas como pobre o no pobre dependiendo del número de carencias que se tenga, permitiendo identificar quiénes son pobres y qué tan intensa es dicha pobreza.

Esta medición engloba otros aspectos relevantes más allá del nivel de ingreso, por lo que provee una visión más completa de la problemática, permitiendo identificar prioridades para así contribuir en una mayor medida al desarrollo y al progreso personal. Sin embargo, esta puede ser un poco complicada al momento de medirse, y puede estar influenciada por el contexto cultural, ya que los diferentes grupos sociales del mundo tienen prioridades y limitaciones distintas, dificultando la posibilidad de comparación entre grupos muy diferentes.

Es fundamental que se comprenda que para la erradicación de este problema se deben analizar de forma complementaria las distintas formas de ver la pobreza, ya que este es un proceso de varias dimensiones donde intervienen diversos factores, tanto económicos, culturales y personales. Solo de esta forma se pueden ofrecer niveles de vida dignos para todos.