Anticipo del ISR, ¿eliminación viable?

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El anticipo del Impuesto sobre la Renta (ISR) ha sido, desde su creación, un tema de controversia debido a su impacto sobre el flujo de caja de las empresas, específicamente las micro, pequeñas y medianas (MyPYMES); pues implica el pago de impuestos que responden, en muchos casos, a ingresos que aún no se han percibido en términos reales. El objetivo de este artículo es argumentar una de las múltiples formas en que este esquema podría eliminarse.

La decisión de eliminar el anticipo se vería contrariada, en mayor medida, por los proponentes de que el Estado se enfrenta a un gran problema de flujo de caja si el ISR corporativo solo ingresara en cada cierre de año fiscal. Esta inquietud es, evidentemente, cierta. Sin embargo, la única solución de este problema no es el anticipo; un fideicomiso de ISR más que cubriría este problema.

La propuesta de un fideicomiso de ISR es simple. A inicios de cada año presupuestario del Gobierno Central, el fideicomiso emitiría un bono por el valor estimado de ISR corporativo en el presupuesto nacional para el año correspondiente, y le transferiría el monto al Gobierno Central; ya con esto el Gobierno tiene el ISR completo del año y el problema de flujo de caja está resuelto. La periodicidad de pago de intereses y capital de este bono se ajustaría a las fechas en que se percibe el ISR en los cierres fiscales de las empresas privadas, conocidas y manejadas con certeza por la Dirección General de Impuestos Internos (DGII). Se establecería, al igual que se hace ya con el fideicomiso RD Vial (con los peajes), que el ISR corporativo se pagase directamente al fideicomiso, que tendría la obligación (con riesgo penal para la fiduciaria si incumple el orden de pago) de cubrir los pagos de interés y capital del bono, para luego pasar el excedente, si existiese, a la DGII.

Ahora, es cierto que esto implicaría un coste de financiamiento, pero se podría argumentar que no sería oneroso. Actualmente la mediana del rendimiento de los bonos del Ministerio de Hacienda con madurez de 1-2 años se ubica en 9.5%. Por tomar un valor del ISR corporativo de un año completo, se estima que las recaudaciones del mismo en 2016 no superen RD$70 mil millones. El financiamiento de este monto completo por un año ascendería entonces a RD$6,650 millones; esto con una estimación inflada debido a que posiblemente la tasa sería menor, y el financiamiento se haría por un plazo menor, determinado en función del calendario de cierres fiscales del año.

El monto estimado de financiamiento equivale a poco menos del 1% del presupuesto nacional y es alrededor de la mitad de los RD$12 mil millones en residual del balance fiscal (en la práctica la admisión del gasto cuyo destino se desconoce) del trimestre abril-junio de 2016, publicado por el Banco Central. De hecho, una pequeña desaceleración del crecimiento del gasto en remuneraciones del Gobierno Central (cuyo crecimiento porcentual promedio en 2014 y 2015 fue más de cinco veces mayor al del resto del gasto) más que cubriría los RD$6,650 millones en financiamiento.

También se debe hacer la salvedad de que este costo financiero extra no es netamente negativo para el país, debido a que sustituirá el de las empresas, especialmente las MyPYMES, que actualmente están asumiendo el costo. En agregado, estas empresas no tienen acceso al bajo coste de financiamiento del Estado, sino a tasas más elevadas que oscilan entre 18.2% (menor deudor comercial) y 39% (microcrédito), según cálculos a partir de los últimos datos publicados por la Superintendencia de Bancos sobre la cartera de crédito a noviembre 2016.

El argumento (para justificar el anticipo) de la defensa del flujo de caja del gobierno es sólo uno de varios, aunque este autor piense que es el que tiene más mérito. La propuesta desarrollada arriba es sólo una de muchas posibles, pero de cualquier forma que se elimine el anticipo del ISR, es obviamente un tema controversial. Sin embargo, son estos tipos de temas, con alta presencia de opiniones encontradas, exactamente los que deben tratarse con más urgencia. La forma en que se legisla la fiscalidad es un tema de todos y no puede dejarse por debajo de la alfombra.