El cierre de la economía por
COVID-19 ha generado uno de los choques económicos más importantes para la economía mundial. De la mano del
sector público, los gobiernos de todo el mundo han utilizado sus herramientas de política fiscal y monetaria para mitigar en la mayor medida el impacto económico de este cierre no anticipado de la economía.
En el caso de
República Dominicana, las autoridades se han preocupado por generar paquetes de
medidas económicas para incrementar el ingreso de aquellos hogares y empresas más vulnerables, siendo una de las más importantes, las mejores condiciones de crédito para todos los sectores de la economía.
Previo al cierre de la economía dominicana, en febrero 2020, los
préstamos de las Otras Sociedades de Depósito (OSD) reflejaban un valor promedio de RD$ 1,225,543 millones. Desde entonces, el
crédito ha reflejado un crecimiento de 3.0%. Sin embargo, la pandemia impactó de forma distinta a la demanda de crédito de cada sector, siento importante ubicar cuáles fueron los sectores más perjudicados (mediante la variación del balance feb-abr) y cuáles manifiestan una recuperación más rápida (variación feb-oct).
Durante el mes de abril 2020 – mes de mayor caída de la
actividad económica (-29.8%) –, el crédito reflejó un aumento de 1.4%, destacándose como principales afectados las tarjetas de crédito (-6%), servicios inmobiliarios y de alquiler (-4%) y de transporte y comunicaciones (0%). Por otro lado, el crédito al sector comercio e hipotecario se centraron cerca del crecimiento promedio de 1.7%, con 3% y 1%, respectivamente, mientras que el sector manufactura generó un incremento de 4.0%.
Actualmente, el crédito al
sector construcción – uno de los sectores con mayor multiplicador en la cadena de valor agregado – presenta las mayores caídas desde febrero con -18%, seguido del consumo de tarjetas de crédito -10% y el sector comercio con -4%. Por otro lado, los demás sectores como
Manufactura (14%)
Hoteles, Bares y Restaurantes (12%) y
Transporte y Comunicaciones (10%) han visto un importante incremento en sus tasas de crecimiento dadas sus necesidades financieras y las mejores condiciones de crédito.
Como estaba previsto, la fortaleza del
sistema financiero dominicano ha permitido que el mismo sirva como una llave de escape para que otros sectores importantes como el comercio, manufactura y hoteles, bares y restaurantes puedan subsistir durante el cierre de la economía. Sin embargo, los altos niveles de desempleo producidos por los efectos de la pandemia han prolongado la desestabilización del crédito de los préstamos de consumo (principalmente tarjetas de crédito), que además han visto un aumento importante de sus tasas de
morosidad.
La potencial reestructuración de la cartera de crédito de las entidades financieras pudiera impactar la rentabilidad de la banca durante el cierre de 2020 e incluso para mediados de 2021. Durante los próximos meses, la política económica debe mantenerse vigilante del entorno macroeconómico y coordinado con la política fiscal, buscar cerrar el año con una economía robusta y saludable.