En
economía, los
recursos necesarios para poder producir
bienes y servicios se conocen como
factores de producción, los cuales se dividen en tres grupos fundamentales.
- Tierra: Toma en cuenta los recursos naturales, como la tierra y el clima que se utilizan para desarrollar actividades que permiten producir.
- Trabajo: Considera todas las capacidades y actividades humanas que interviene en el proceso de producción.
- Capital: Se refiere a todos los bienes durables, de infraestructura y de insumos que son utilizados para contribuir en la producción.
Se habla de un cuarto factor que tiene como objetivo la formación y ordenamiento del proceso lógico que permite producir los bienes y servicios y la innovación necesaria para mejorarlos: la
tecnología. Cabe destacar que, cuando se incorpora tecnología a un proceso productivo, se da también un aumento en la productividad y la capacidad de producción de las empresas.
Se creería que para aumentar la producción de una firma bastaría con aumentar la cantidad de trabajo o empleados, por ejemplo. Sin embargo, si el número de asalariados creciera constantemente, llegaría un momento en que la producción aumentaría de manera más lenta. Eso pasa con los otros factores a grandes rasgos por lo que se conoce como productividad marginal decreciente. Es decir, con el objetivo de incrementar la cantidad de un bien que una empresa ofrece, es necesario aumentar todos los factores.
Cada uno de los factores tiene su compensación. El capital tiene como retorno las ganancias del mismo, conocidas como renta. El trabajo tiene como retribución el pago de salarios, según la teoría, mientras más productivo sea el trabajador, este recibirá mayores salarios y es por esto, que la preparación técnica es tan importante a la hora de determinar las remuneraciones del asalariado.
Una correcta combinación de los factores de producción supondría
eficiencia en la producción y los mayores beneficios que sea posible obtener.