La salida de Gran Bretaña: Causas y Consecuencias

wp_283606_brexit_0-1.jpg

David Camero, líder del partido conservador y primer ministro desde el 2010, anunció su apoyo para el referéndum sobre la adhesión de Gran Bretaña de la Unión Europea (UE) en el 2013. Dijo que el país votaría antes del 2017 en el caso de que los conservadores fueran reelegidos en las elecciones generales de mayo 2015. Fueron reelegidos, y Camero persiguió la renegociación de los términos de adhesión de Gran Bretaña, para ser seguida por una votación de Brexit (British Exit -Salida Británica-).  Cameron apoya la permanencia, argumentando que, en las condiciones renegociadas con el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, son favorables para Gran Bretaña.


Por otro lado, el Partido por la Independencia del Reino Unido, presenta un desafío para los conservadores que ganaron las elecciones del 2015. El movimiento fue fundado en 1991 para oponerse a la adhesión de Gran Bretaña y vio su aumento de popularidad en el 2013. Los argumentos que plantea el euroescepticismo en términos más generales, y seguido por la renegociación de una serie prominente de conservadores, han salido en apoyo de esta banda que persigue el “salir” como opción. Entre estos se encuentra el alcalde de Londres, Boris Johnson y el secretario de Justicia, Michael Grove.


Otros ven el mérito en los términos que Cameron aseguró con la UE, entre los que se encuentran la exención del principio de “cada vez más estrecha unión”, un mayor reconocimiento para la libra, un beneficio de 4 años de un “freno de emergencia” en prestaciones para el empleo a los inmigrantes de la UE y un sistema de “tarjeta roja: que permitiría a un bloque de parlamentos de la UE bloquear la legislación de Bruselas”. La mayoría de los partidarios de la permanencia basan su opinión sobre las consecuencias económicas imprevisibles que generaría la salida, en lugar de algún vínculo emocional con la UE.


Los partidos a favor del Brexit basan su opinión sobre una variedad de factores de la competitividad global de las empresas británicas más que las preocupaciones sobre la inmigración. Gran Bretaña ya ha optado por salir de la unión monetaria de la UE, es decir utiliza la libra en vez del euro, y el espacio Schengen, lo que significa que no comparte fronteras abiertas con un número de otros estados europeos. Defensores del mismo argumentan que la burocracia de Bruselas es un lastre para la economía británica y que las leyes y regulaciones de la UE son una amenaza para la soberanía británica.


El gobierno de Gran Bretaña, el Fondo Monetario Internacional, el Banco de Inglaterra, la Reserva Federal, el presidente Obama y otros líderes mundiales han advertido que un Brexit afectaría la economía de Gran Bretaña (quinto país más grande del mundo). Su mayor preocupación es el impacto en el comercio. De producirse efectivamente la salida de la UE, los británicos perderían automáticamente el derecho de libre comercio con el resto de la UE, la cual actualmente le compra el 45% de las exportaciones. La Unión Europea es un mercado aún mayor para los servicios británicos, como los bancos y seguros.


Las inversiones y el nivel de empleo podrían también sufrir como consecuencia del Brexit. Varias compañías estadounidenses tienen grandes niveles de inversión en Gran Bretaña y lo utilizan como una puerta de entrada al resto de Europa, por lo que podrían recortar sus niveles de inversión en el país. Funcionarios del país británico han dicho que es posible que hasta 820,000 empleos podrían perderse de aceptarse el Brexit.


La salida también tendría un gran impacto sobre los aproximadamente 1.2 millones de británicos que viven en otros países de la UE, ya que podrían perder su derecho a viajar libremente por toda Europa y los beneficios de acceder libremente a algunos servicios como los de sanidad. El mismo caso se vería para los casi 3 millones de personas de otros países de Europa que residen en Gran Bretaña. A pesar de que los activistas dicen que se les permitirá permanecer, los futuros migrantes de la UE probablemente necesitarán una visa.


Actualmente, la UE se encuentra en momentos de alta turbulencia, librando batallas contra el bajo crecimiento económico, altas tasas de desempleo, la peor crisis de refugiados del mundo en los últimos 70 años y el gran auge que han tomado los partidos populistas. Es preocupante para los líderes de la UE de que, si se logra el Brexit, otros países decidan también seguir esta iniciativa. Esto podría conducir a una desintegración gradual de la UE, con enormes consecuencias sobre la economía, seguridad y estabilidad mundial.


El apoyo popular para el Brexit ha variado con el tiempo, pero ambos partidos en su mayoría se han dividido de manera casi iguales. Sin embargo, resulta muy difícil predecir los referéndums populares a través de encuestas. Algunos argumentan que el mayor entusiasmo por el lado de la salida se traduciría en una victoria para el Brexit, ya que, incluso defensores de que se permanezca en la UE no están verdaderamente enamorados de la UE, mientras que los defensores de la salida generalmente son apasionados de su postura. Otros consideran que el status quo más la incertidumbre sobre los efectos adversos del Brexit, no permitirán que dicho referéndum se incline a favor de la salida.