Levantando el telón de Davos

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Para cierre del mes de enero, el Foro Económico Mundial (WEO, por sus siglas en inglés) realizó su reunión anual en la ciudad de Davos, Suiza. Dicho evento, reconocido como una de los más importantes a nivel mundial, fue el lugar de encuentro para discutir problemas de materia económica, política y social.

Bajo el tema de este año “crear un futuro compartido en un mundo fracturado”, la élite mundial realizó discursos relatando problemas como incremento de la desigualdad de ingreso y de género en economías desarrolladas; amenazas de la globalización hacia la privacidad, seguridad y democracia por la creación de monopolios de información de empresas estadounidenses y chinas; efectos inminentes del cambio climático para las economías, entre otros.

Al mismo tiempo que se manifestaron dichas discusiones, algunos líderes afirmaron la importancia de los valores para la creación de un futuro sostenible, inclusivo y con mejores oportunidades. Por su parte, la primera ministra de Reino Unido, Theresa May y el presidente estadounidense, Donald Trump, aprovecharon la oportunidad para destacar que, el Brexit y la salida de Estados Unidos de Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés) no son sinónimo de restricciones comerciales, sino de la búsqueda de mejores acuerdos.

La economía de Reino Unido comienza a sentir los costos del Brexit que incluyen un deterioro de la riqueza de los hogares y expectativas pesimistas (depreciación de la libra esterlina, mayor inflación, salarios menos competitivos y niveles tímidos de inversión).

Estados Unidos en cambio, ha sustentado su dinamismo en las expectativas de los mercados financieros por una recién promulgada y eufórica reforma fiscal expansiva.

Dado este panorama, es de esperar que ambos líderes traten de aprovechar el entorno político propiciado en Davos para calmar las masas y abrir las puertas a las renegociaciones. Además, dado el gran apoyo que ha tenido la reforma fiscal estadounidense, parece ser que gran parte de los líderes comienzan a abogar por (1) políticas de recorte de impuestos a los grupos de poder y (2) por la desregulación; justificando que el crecimiento de corto plazo de algunos sectores se traducirá en beneficio social en el largo plazo (trickel-down theory).

El problema con dichas políticas es que la falta de regulación hace que las externalidades no se registren en los precios de mercado, generando ineficiencia en los mismos, como el deterioro de nuestro medio ambiente.

Las aspiraciones a mejores relaciones comerciales y las políticas fiscales expansivas son producto de la euforia de los mercados por volver a tener mayores tasas de crecimiento. No obstante, economistas han destacado que este crecimiento no es sostenible ni inclusivo. De hecho, según el Banco Mundial, los niveles de crecimientos comenzarán a caer a partir de 2020 porque a medida que disminuye la inversión, se ralentizan las ganancias de productividad. Conjunto a lo anterior, se espera que dichas economías continúen implementando políticas monetarias restrictivas.