Ventaja Comparativa vs Absoluta

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Actualmente, todos los acuerdos comerciales que se realizan a nivel mundial se centran en la teoría de las ventajas absolutas y comparativas. Esta teoría del comercio internacional se centra en que cada receptor o país se beneficie del comercio si se especializa en sus productos (los cuales tienen menor costo de oportunidad respecto a otros) al intercambiarlos. David Ricardo, economista inglés desarrolló en 1817 la teoría de las ventajas absolutas y comparativas con motivo de que Europa protegía sus mercados de las importaciones estadounidenses mediante cuotas y aranceles.


Como ventaja absoluta nos referimos a la virtud que tiene un ente (país, persona, organismo, etc.) de utilizar menos factores de producción que otro para producir un mismo bien. Es decir, quien necesite menos insumos para producir un bien, tendrá ventaja absoluta sobre dicho bien. Por ejemplo, si María necesita 5 minutos para llenar una canasta de manzanas, y Diego necesita 15 minutos para llenar la misma canasta de manzanas, siendo el tiempo el insumo, María posee una ventaja absoluta respecto al tiempo sobre Diego.


Ahora bien, como ventaja comparativa nos referimos a que un ente tenga la habilidad de producir un bien con un costo de oportunidad más bajo que el otro. Es decir, que tenga que sacrificar menos de otros bienes con el fin de producir ese bien, o tenga un menor costo de fabricación de ese bien respecto a otros entes. Por ejemplo, en el comercio para dos países, si el país “X” es mejor produciendo carros, pero no presenta ventajas en la producción de las gomas, se contrata al país “Y” para proveer las gomas, quién sí tiene ventajas en la producción de las mismas. Esto permite que el país “X” obtenga mejores costos para la producción del carro final, ya que la decisión de producir un carro con gomas del país “Y” les genera mayor beneficio que producir el carro con sus gomas, no obstante, el país “X” produzca gomas.


Es posible que se tenga ventaja absoluta sobre varios bienes, pero no se puede tener ventaja comparativa para ambos bienes, ya que el costo de oportunidad de un bien es el inverso del costo de oportunidad del otro bien. David Ricardo concluye con esta teoría que cuando las personas se especializan en producir aquel bien en el que tienen ventaja comparativa, el total de la producción de la economía se incrementa mejorando el bienestar de todos. Es importante destacar que para que la especialización y el comercio tengan beneficios, el precio al que se comercia no debe estar por encima de sus costos de oportunidad.