El
Banco Central de la República Dominicana (BCRD) dio a conocer los resultados de la
economía dominicana en el primer semestre del año 2017. El crecimiento acumulado del periodo fue de 4%, explicado principalmente por una ralentización de la demanda interna y del gasto público ─acentuada durante el segundo trimestre del año─. El desempeño de la inversión fue tímido como consecuencia de la incertidumbre que impregnaba el panorama macroeconómico a los inversionistas y por un freno significativo del gasto de capital público.
Una descomposición sectorial del crecimiento del periodo permite advertir al
sector construcción como el más afectado de todos con un decrecimiento interanual de 2.7%. Del lado contrario, destacaron los sectores de
servicios financieros;
hoteles,
bares y restaurantes; y
agropecuario con las mayores expansiones porcentuales en términos interanuales. Por otro lado, la
inflación acumulada a julio se ubicó en 1.20% mientras que la interanual ascendió a 2.54%.
La entidad adujo que la posición expansiva asumida a inicios de agosto ya estaba incidiendo positivamente en el crédito privado. Las cifras revelan que el mismo ha tenido un incremento equivalente a casi tres veces el crecimiento promedio mensual en los primeros siete meses del año.
La cuenta corriente del país registró un balance superavitario de US$255.4 millones durante enero-junio, lo que permitió mantener las reservas internaciones en máximos históricos. En detalle, la entrada de divisas totalizó aproximadamente US$13 mil millones.
Los indicadores del sector financiero del periodo permitieron evidenciar fortaleza en el sistema, calidad en los activos y rentabilidad patrimonial.
Las proyecciones de cierre de año auguran un crecimiento anual del
Producto Interno Bruto (PIB) de 5%, una inflación cerca del límite inferior del rango meta, y un saldo de cuenta corriente deficitario equivalente a 2% del PIB. Las estimaciones del BCRD cuentan con una reacción positiva de la economía a las medidas monetarias puestas en vigor en el tercer trimestre del año y de una política fiscal más activa durante el segundo semestre del año.
En la rueda de prensa en que se dieron a conocer estos resultados, destacó como primicia la noticia sobre la recompra de la
deuda Brady, contraída con el Plan Financiero de 1993 y con vencimiento a 2024. Según las declaraciones esta transacción es beneficiosa para el país porque redujo la deuda en moneda extranjera del BCRD sin comprometer las reservas internacionales de la institución, equivalente a una disminución aproximada de 0.5% del PIB de la deuda externa del Sector Público Consolidado. La recompra de la deuda Brady supuso ingresos extraordinarios para el BCRD por recompra a descuento, revalorización de activos y reducción en el pago de los intereses, por un monto neto de US$80 millones durante 2017.