Cerca de cumplir el año desde el cierre de la economía dominicana y del inicio de la flexibilización monetaria por parte de las autoridades, el crecimiento del crédito privado dominicano continúa por debajo de los promedios acostumbrados desde 2013 (11.6%), con valores de 7.6% a febrero 2021. No obstante, existen sectores que reflejan un dinamismo en su demanda por crédito.
En particular, los sectores con una incidencia más grande sobre el crecimiento del crédito privado son salud y educación (2.8%), vivienda (1.3%) y Hoteles, Bares y Restaurantes (HBR) (1.0%). Al mismo tiempo, aquellos con menor incidencia son Minería (-0.6%), Agropecuario (0.2%) y Resto de Servicios (0.2%). En particular, el crédito de consumo, relacionado a préstamos de individuos y que incluye las tarjetas de crédito, ha mostrado una desacelaración pronunciada con un crecimiento interanual de 1.7%, por debajo de su prom. de 13.8%. Considerando que la desaceleración de este tipo de crédito viene acompañada por aumentos significativos en los niveles de precios —inflación de 6.6% en feb-21—, las cifras indican que el crecimiento de esta demanda se encuentra negativo en términos reales.
Por otro lado, el crédito ha visto una importante reducción en su tasa de morosidad luego de alcanzar valores máximos desde 2014 con 2.5% para el abril 2020. En particular, los sectores de Educación, Vivienda y HBR han mostrado reducciones significativas hasta llegar a valores de 0.3%, 1.5% y 0.4%, respectivamente. No obstante, la morosidad de los préstamos de consumo, el principal catalizador de la mora durante la pandemia, todavía se mantiene por encima de su promedio de 3.8% con valores de 4.2% a feb-21.
El dinamismo del sistema financiero ha sido un pilar clave del crecimiento de la economía dominicana durante la última década. Dada la publicación más reciente del World Economic Outlook (WEO), el Fondo Monetario Internacional (FMI) incrementó sus perspectivas de crecimiento económico para República Dominicana a 5.5% para cierres de año. Para alcanzar estas cifras – o incluso superarlas— la política monetaria dominicana deberá de mantenerse a la vanguardia del entorno económico, buscando asimismo levantar la economía mediante un sistema financiero robusto y saludable.