Estabilidad en las expectativas macroeconómicas

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Por Carla Garden.



Al igual que en una empresa privada, el desempeño económico de un país está vinculado a las decisiones tomadas por los agentes económicos. Dichas decisiones se ven influenciadas por las expectativas que estas empresas e individuos tienen acerca de la evolución futura de ciertas variables macroeconómicas, como la inflación.

Por ejemplo, si una empresa prevé un crecimiento económico pausado, podría optar por reducir sus inversiones actuales para evitar una sobre expansión de su negocio. Con el fin de formular sus expectativas, los agentes económicos analizan datos históricos, consultan expertos, revisan previsiones externas, estudian planes gubernamentales, entre otros factores.

Es por esto que los bancos centrales, que cuentan con equipos dedicados al análisis del entorno económico y disponen de más información privilegiada que el promedio de los agentes, monitorean de cerca las expectativas de estos últimos con el propósito de proporcionar indicios que contribuyan a alinear dichas previsiones con los objetivos de política económica. A partir de julio 2007, el Banco Central de la República Dominicana (BCRD) realiza la Encuesta de Expectativas Macroeconómicas (EEM) con la finalidad de proporcionar a la población dominicana un panorama anticipado sobre la evolución de las principales variables macroeconómicas y, a su vez, enriquecer el conjunto de herramientas disponibles para la formulación de políticas monetarias.

En este MacroChart, hemos analizado la evolución de las expectativas para cuatro variables clave en los últimos años, comparándolas con los resultados reales al cierre del año correspondiente. Los hallazgos son ciertamente interesantes; gracias a la estabilidad macroeconómica que ha prevalecido en el país durante las dos últimas décadas, las desviaciones entre las expectativas y los resultados reales han sido relativamente bajas, pero oscilatorias. Además, después de la crisis sanitaria del COVID-19, se observan algunos cambios en el proceso de formación de expectativas. Para diferentes variables, se aprecian patrones distintos en la configuración de dichas previsiones.

Si analizamos el caso específico del crecimiento del PIB, observamos que el proceso de formación de expectativas parecía responder a la precisión alcanzada en el año anterior, un fenómeno conocido como expectativa adaptativa. Es decir, los agentes económicos tienden a corregir sus expectativas futuras en función de la brecha existente entre sus previsiones pasadas y la realidad observable. Por ejemplo, en 2017 las expectativas sobreestimaron ampliamente el cierre del ejercicio durante gran parte del año, tendencia que se invirtió en 2018 para luego revertirse nuevamente en 2019. Para el período 2020-2023 se aprecia un patrón similar, aunque menos pronunciado. Debido a los choques inesperados acontecidos, como la pandemia de COVID-19, el aumento de los costos logísticos, la guerra en Ucrania y el conflicto bélico entre Israel y Palestina, la brecha entre expectativas y resultados reales tendió a ser más amplia.

En el caso de la inflación, observamos un patrón similar al del crecimiento del PIB, pero con un matiz ligeramente diferente. Desde el año 2012, este indicador ha estado respaldado por una meta inflacionaria que goza de alta credibilidad. Previo al COVID-19, predominaba un patrón de expectativas adaptativas con un sólido anclaje en la meta establecida. Esta dinámica se reflejó en que, a pesar del choque inflacionario internacional, las expectativas desde 2020 hasta mediados de 2022 tendieron a subestimar la inflación real. Fue a partir de ese momento cuando las expectativas comenzaron a alinearse nuevamente, exhibiendo el patrón adaptativo característico.

En lo que respecta a la tasa de política monetaria, los agentes económicos han mostrado un alto nivel de confianza en la capacidad y credibilidad del Banco Central de la República Dominicana (BCRD). De acuerdo con los datos de la EEM, las expectativas de la tasa de política monetaria han estado alineadas con las decisiones del Banco Central. Dicha sincronización se ha mantenido incluso en períodos de alta volatilidad, como el ocasionado por el choque inflacionario internacional derivado de la pandemia de COVID-19 y los conflictos geopolíticos más recientes.

Por otro lado, se observa una dinámica totalmente distinta en cuanto a las expectativas sobre el tipo de cambio. En los años recientes, las previsiones han tendido a subestimar la depreciación efectiva de la moneda local frente al dólar estadounidense​, con una brecha promedio de aproximadamente 0.25. Esta tendencia a infravalorar la depreciación cambiaria puede atribuirse a la complejidad inherente de pronosticar con precisión los múltiples factores que influyen en el comportamiento del tipo de cambio, tales como los movimientos en los mercados financieros y los cambios en las condiciones económicas tanto internas como externas. Si bien el fenómeno de expectativas adaptativas está presente en esta variable, su manifestación es menos frecuente en comparación con otros indicadores macroeconómicos. Este hallazgo sugiere que los agentes económicos utilizan información pasada para formular sus expectativas cambiarias, el proceso de ajuste ante nuevos datos es más gradual y menos pronunciado que en el caso de variables como la inflación o el crecimiento del PIB.

Con respecto a la política monetaria, es relevante considerar el debate entre regla vs. discreción. La regla implica seguir un conjunto predeterminado de políticas basadas en indicadores económicos específicos, mientras que la discreción implica la capacidad del BCRD para ajustar las políticas según las circunstancias del momento. La efectividad del Banco Central para alcanzar sus objetivos puede variar dependiendo de si se emplea una regla o se sigue una política discrecional.

La Encuesta de Expectativas Macroeconómicas del BCRD es un recurso indispensable para el sector privado, pues la misma facilita la planificación estratégica de numerosas empresas en áreas de fijación de precios, negociación contractual, decisiones de inversión y gestión de flujos financieros. Además, el monitoreo exhaustivo de las expectativas macroeconómicas asociadas a las decisiones de política pública es fundamental para las resoluciones de financiamiento e inversión en el país. La EEM proporciona información valiosa que reduce la incertidumbre de los agentes económicos y permite tomar decisiones más informadas y alineadas con el entorno macroeconómico esperado.