Para garantizar el éxito de una empresa, es importante el constante monitoreo de indicadores financieros que reflejen su nivel de rentabilidad. Entre los principales indicadores de efectividad en la gestión de una empresa se encuentran el ROE (rentabilidad sobre el patrimonio) y el ROA (rentabilidad sobre los activos), los cuales contribuyen al buen manejo de la salud financiera de la empresa.

El ROE (o return of equity, por sus siglas en inglés) mide el retorno de las ganancias en base a la inversión de los accionistas de una firma. Es el ratio entre la utilidad y el patrimonio netos de una empresa. Por otro lado, el ROA (o return on assets, por sus siglas en inglés) mide la eficiencia administrativa para generar utilidades en base a los activos. Para determinar este indicador, se divide la utilidad neta entre los activos totales de la firma.

La principal diferencia entre ambos indicadores es la forma en que la empresa maneja su estrategia de endeudamiento. El nivel de apalancamiento aumenta la rentabilidad sobre el patrimonio, logrando generar ingresos con recursos que no pertenecen al accionista. Para comparar ambos indicadores entre dos o más empresas es imprescindible que pertenezcan al mismo sector y régimen tributario, de lo contrario, los indicadores de rentabilidad deberían de ajustarse.

Los indicadores financieros son una herramienta útil para identificar las fortalezas y debilidades de una empresa. Además de conocer la situación financiera, ayudan a mejorar la toma de decisiones utilizando indicadores precisos y de mayor impacto.