La diferencia en la calidad de vida de las personas de una población ha sido por mucho tiempo un tema relevante entre los dirigentes del Estado, siendo estudiada y evaluada con fines de generar políticas que beneficien a la equidad entre la población. La desigualdad se engloba en la falta de simetría entre dos partes que deberían ser comparables, y si lo adaptamos a una perspectiva social, es lo que conocemos como esa falta de equilibrio en la calidad de vida de las personas.
Existen diferentes tipos de desigualdad, tal como el acceso a servicios de salud o educación, sin embargo, la desigualdad en la distribución del ingreso tiende a ser la más común en un listado de desafíos sociales. Un indicador de desigualdad es fundamental para comprender la estructura económica y social de una población, ayudando por igual a implementar y mejorar políticas públicas orientadas al manejo de esta.
Al pensar en desigualdad en el ingreso de una población, la tendencia en el pensamiento suele girar hasta lo que conocemos como pobreza, que, aunque se vea ligada en su definición, no pueden ser comparables; la pobreza se comprende como una condición en la que un grupo de personas carecen de recursos para satisfacer sus necesidades básicas, por lo que esta podría ser incluso una consecuencia de la desigualdad en la distribución de ingreso de una población. A partir de esto, es más fácil comprender que la pobreza y la desigualdad son dos términos diferentes, donde un país puede tener igualdad y su población ser mayormente pobre, o simplemente una alta desigualdad, donde todos se encuentren estables económicamente.
Para determinar la distribución de ingreso en la población, la misma debe dividirse en partes iguales, específicamente en 10 grupos, donde cada uno representa un 10% de la población, a esto le llamamos deciles. A partir de esta división, organizar de menor a mayor, con el fin de determinar el grupo que recibe menos ingresos (primer decil), hasta el grupo que más recibe (décimo decil). En teoría, cada parte de la población debería manejar la misma cantidad de ingreso con el fin de mantener una igualdad perfecta.
En República Dominicana, evaluando la distribución de deciles en referencia a la tabla presente, queda clara la distribución en el ingreso. Un 10% de la población que recibe el menor volumen de ingreso (Decil 1), percibe menos del 5% del total de ingresos, mientras que el 10% que más volumen recibe (Decil 10), obtiene el 20% del ingreso total.
Tomando en cuenta la distribución en el ingreso mostrada anteriormente, se ilustra la Curva de Lorenz. Esta se utiliza para observar la distribución de ingreso de la población, tomando como base los deciles obtenidos, y distribuyendo en el gráfico el nivel de ingreso que recibe cada uno. La característica por evaluar de la curva está en su distancia desde la línea de igualdad perfecta y la distorsión entre deciles.
El área entre la curva de distribución de ingreso acumulada y la línea de igualdad perfecta es lo que conocemos como el coeficiente de Gini. Este se utiliza como medida de desigualdad e incluso como indicador del estatus social de una economía, logrando comparar características económicas con otros países. Se lee como una escala entre 0 y 1, donde 0
es un país en perfecta igualdad y 1 representa la máxima desigualdad.
En República Dominicana, en vista de los datos expuestos por la Oficina Nacional de Estadística (ONE), el coeficiente de Gini se posiciona en 0.378 para cierre de 2023. Este deja en evidencia una desigualdad moderada en la distribución de ingreso de la población dominicana, siendo uno de los países con menor desigualdad ante una comparación con otros de América Latina. Costa Rica, por ejemplo, posee un coeficiente de 0.502, demostrando su alta desigualdad, al igual que Chile, exhibiendo un coeficiente de 0.43 y El Salvador, con un coeficiente de 0.388 para 2022.