Los determinantes del desarrollo económico de las naciones son altamente estudiados por hacedores de políticas públicas. En este mismo sentido, la ejecución y definición del gasto público, en particular el gasto de capital o inversión pública, es fundamental para elaborar un análisis adecuado de tendencias de crecimiento de las naciones.

La inversión pública es definida como los gastos con fines productivos que realiza el Estado con el objetivo de aumentar la capacidad de la economía de producir bienes y servicios en el largo plazo. Esta puede clasificarse en tangible (infraestructuras, como hospitales) e intangibles (activos no materiales como la educación).

A pesar de ser uno de los motores de desarrollo económico, el gasto de capital también es uno de los componentes que tiende a reducirse en momentos de adversidad. En el caso actual de la pandemia de COVID-19, gobiernos de toda la región asumieron subsidios significativos que comprometieron su capacidad de mantener los mismos niveles de inversión previos a la pandemia.

La ejecución del gasto de capital, junto con una adecuada evaluación del impacto de los recursos en los diversos sectores económicos como energía, transporte y educación debe de ser prioridad de cara al bienestar social de las futuras generaciones.