Dada la importancia del clima en la actividad económica es propicio analizar su tendencia a la luz de la reciente escasez de agua en la República Dominicana.

Se nota en el gráfico de arriba que el promedio histórico de precipitación en esta época del año es varias veces el nivel actual, evidenciando en cifras lo que la mayoría de los dominicanos ya sabe: Este año escasea el agua.

Pero no es sólo que ha llovido poco, sino que este verano apunta a ser más caliente que los anteriores, ubicándose al menos un grado Celsius por encima del promedio de los últimos años.

Estas cifras arrojan perspectivas de crecimiento muy moderado en el sector agrícola, que depende en gran medida del clima, que es por naturaleza impredecible. Frente a esto llama la atención la necesidad de productos financieros adaptados a las condiciones especiales de los productores agrícolas que mitiguen este riesgo climático.

En la medida que el mercado financiero se profundice, debemos pensar en la forma de que el mismo desarrolle productos que respondan a las necesidades de la actividad económica no financiera, que no ha incursionado activamente en el mercado de bonos de la República Dominicana, compuesto mayormente por empresas de índole financiera y gubernamental.

Recomendación de Política Respecto a la Escasez de Agua

Es normal que los precios de los rubros agrícolas fluctúen en la medida que la oferta y la demanda cambien durante el año; los consumidores aceptan este fenómeno porque entienden que el valor de un bien depende, en cierta medida, de su escasez.

Las campañas de concientización del uso del agua son buenas, pero la fijación de precios que reflejen la escasez relativa del agua (o su abundancia en momentos de lluvias), haría que los consumidores internalicen el costo real del consumo de este bien tan importante, así tomando una decisión de consumo informada y que apunte a maximizar, no sólo su utilidad, sino también la utilidad social.