La globalización y las mejoras tecnológicas han revolucionado la forma en la que las personas hoy en día conviven e interactúan, modificando tanto la forma en la que los consumidores compran bienes y servicios, así como también la capacidad y el alcance que tienen las empresas de ofrecer sus productos. El sinnúmero de oportunidades que ofrece el internet y las redes en línea pueden tener impactos significativos en una economía y sus agentes, dando espacio a la innovación y al desarrollo económico.
El comercio electrónico se refiere a todas las actividades comerciales realizadas en las redes electrónicas, incluyendo la compra y venta de bienes y servicios, la transferencia de fondos, el marketing digital y la recolección y el procesamiento de datos. Este modelo de negocios ha tenido una fuerte expansión y un gran crecimiento en las últimas décadas. Según la OECD más del 50% de la población mundial realiza compra a través del internet, mientras que, en los Estados Unidos el 96% de la población con acceso a Internet ha realizado una compra en línea en algún momento de sus vidas y el 80% lo ha hecho en el mes anterior.
Para el caso de la República Dominicana, los niveles tecnológicos no son tan altos como en los países desarrollados, sin embargo, cada vez son más las personas que realizan compras a través de internet y las empresas que ofrecen servicios en línea (como son los distintos métodos de pagos) debido a que han sabido reconocer este incremento en la demanda. Según los datos del Banco Central las transacciones electrónicas totalizaron en más de RD$8 billones a septiembre del 2018, presentando un crecimiento de un 19.5% respecto al mismo período del año anterior. Por otro lado, las transacciones físicas han venido decreciendo con el pasar de los años, totalizando en aproximadamente RD$1.5 billones reduciéndose en aproximadamente 20.2% para este mismo período.
Es evidente que hoy en día se valora cada vez más esta clase de servicios por todos los beneficios que ofrece. Bajo este sistema de negocios los consumidores son capaces de realizar transacciones prácticamente de manera instantánea y desde cualquier lugar. Para los productores los costos operacionales se reducen drásticamente y su alcance para clientes potenciales aumenta con las transacciones electrónicas, esto da como resultado un mayor margen de beneficios en general. A pesar de todo esto, el comercio electrónico tiene sus desventajas, como son la limitada interacción entre consumidor-cliente que puede dificultar el entendimiento de las necesidades y deseos de los clientes, y la alta dependencia que tiene con la tecnología y las redes.
El comercio electrónico les ofrece a las personas un nuevo sistema económico con características propias, nuevas tendencias futuras y nuevas oportunidades de innovación. Las dinámicas que se dan en este tipo de negocios son muy dependientes del sector digital y tecnológico, por lo que más bien es considerado una forma alternativa de comercio para los consumidores. Esto nos indica que estas dos formas de realizar actividades comerciales (el electrónico y el físico) se mantendrán en constante competencia en los próximos años.
Las apreciaciones expresadas en este artículo no constituyen bajo ningún concepto recomendaciones que puedan utilizarse como punto de partida sobre decisiones inversión, gestión empresarial, finanzas personales o cualquier otro tipo de decisión. Este artículo es solamente un ejercicio intelectual y de opinión sin ningún fin de asesoría o toma de decisión.