Dos formas de contabilizar: percibido y devengado

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¿Registro el ingreso cuando lo facturo o cuando efectivamente lo cobro? La diferencia entre ambos casos se explica a través de los criterios contables de lo percibido y lo devengado. Estos conceptos son esenciales para entender la contabilidad de cualquier emprendimiento, sea grande o pequeño.

El principio contable de lo devengado implica que las transacciones de una empresa deben ser plasmadas en libros cuando ocurren, y no necesariamente cuando el efectivo se recibe. En contraste, cuando se utiliza el criterio contable de lo percibido, todas las transacciones se asientan en el momento que el dinero cambia de manos.

Si una empresa contabiliza bajo el criterio de lo devengado y esta vende un servicio a otra con un acuerdo de pago a 180 días, de todos modos, se registra este ingreso en el mes en que se realizó dicha venta. En vez de agregar dinero a la cuenta de efectivo dentro de los activos, se efectúa el registro en una partida llamada cuentas por cobrar; cuando el pago se realice dentro de los 180 días se reduce esta cuenta y se aumenta la de efectivo, sin afectar el estado de ingresos y gastos.

El reto del manejo del flujo de caja dentro de un negocio radica en entender la diferencia entre los criterios contables de lo percibido y lo devengado. Es posible que los libros contables, que en República Dominicana se llevan bajo el criterio devengado, muestren un estado de ingresos y gastos que refleje bonanza económica. Sin embargo, esto simplemente podría reflejar una importante acumulación de cuentas por cobrar, lo que compromete la capacidad de cumplir con los compromisos de corto plazo (como la nómina, impuestos, financiamientos).

Es una situación común y conocida que las empresas pequeñas se enfrentan a un gran reto al facturar a clientes importantes, ya que debido al criterio contable devengado tienen que reportar sus ingresos en el mes que facturan, aunque no hayan cobrado el efectivo. A la hora de pagar el anticipo y el ITBIS del mes, la autoridad tributaria exige de todas formas sus impuestos, sin observar la diferencia entre lo percibido y lo devengado.

En la medida que los agentes económicos están capacitados para entender la diferencia entre estos dos enfoques de contabilidad, tienen mejores herramientas para gestionar tanto sus finanzas personales como sus emprendimientos. Es por lo anterior que la educación económica y financiera, que incluya un capítulo sobre la contabilidad, es esencial para el desarrollo de las pequeñas y medianas empresas, que están llamadas a ser un motor de desarrollo social y económico de la República Dominicana.