Año tras año presenciamos cómo los cambios realizados en el área de la ciencia y la tecnología revolucionan los sistemas económicos, políticos y sociales a nivel mundial. Últimamente, uno de los principales temas de interés, especialmente en los Estados Unidos, ha sido el de vehículos automatizados. Los vehículos son una herramienta que sirven para satisfacer una necesidad básica de transporte; los autónomos presentan comodidades y beneficios que no son posibles de obtener con vehículos comunes y corrientes.
Desde el punto de vista macroeconómico, los carros autónomos tendrían una influencia positiva sobre la economía global. Según expertos de Intel y Strategy Analytics, aproximadamente, el impacto de estos a nivel mundial fuera alrededor de US$7 billones si este mercado llegara a expandirse y el sector económico de los vehículos autónomos agregaría US$2,000 millones a la economía estadounidense para el año 2050.
La inversión y la valoración de la industria de los vehículos autónomos ha aumentado como consecuencia de los avances que se han realizado. Bloomberg argumentó que la inversión privada en estas empresas de autoservicios fue mayor en el segundo trimestre del 2018 que en los últimos cuatro años combinados. Asimismo, Morgan Stanley (banca de inversión multinacional estadounidense), ha incrementado su valoración de la empresa de autos autónomos con mayores avances (Waymo) de US$70 mil millones en el 2017 a US$175 mil millones en 2018.
No obstante, existen otros factores a tomar en cuenta a la hora de analizar el impacto de estos automóviles sobre la economía. Uno de ellos es si estos funcionarán con gasolina o de manera eléctrica. Esta es una cuestión sumamente importante ya que, si trabajan con gasolina, los impuestos sobre esta generarán ingresos mayores a la nación local; sin embargo, si los carros son eléctricos, el impuesto sobre este factor decrecería y, eventualmente, desaparecerá esta fuente de ingreso del país.
Por otra parte, las repercusiones que se podrían causar sobre el desempleo son inciertas. Esto se debe a que, en el corto plazo, se crearían más empleos como consecuencia de que en los meses de prueba podría necesitarse técnicos presentes que vigilen el procedimiento. Sin embargo, en el largo plazo se espera una expansión de la tasa de desempleo de esta fuente debido a que, como hay expectativas de que para este período el carro sea completamente autónomo, la industria requerirá menos personal. Este avance tendría consecuencias a nivel social y económico. Todas las personas buscan que, con el transcurso del tiempo, su bienestar aumente. La implementación de este medio de transporte en la vida cotidiana podría incidir sobre este objetivo.
Las apreciaciones expresadas en este artículo no constituyen bajo ningún concepto recomendaciones que puedan utilizarse como punto de partida sobre decisiones inversión, gestión empresarial, finanzas personales o cualquier otro tipo de decisión. Este artículo es solamente un ejercicio intelectual y de opinión sin ningún fin de asesoría o toma de decisión.